Hoy algo distinto, un cuento, para que disfruten un poco de literatura barata. Después coméntenme si realmente sirvo para escribir este tipo de cosas.
TU HISTORIA... LA MÍA
Corren los años 2000. Cuántas películas y comics habrán imaginado ese cambio numérico. Pero las plazas y los bares mantienen su esencia. Los ruidos de tazas que se apoyan en los platillos, la gente circulando. Olores de una tarde de primavera. Las hojas verdes no dejan pasar el sol. Allí el piso donde se tienden los jacarandas. Las flores y los niños jugando. Tras muros de granito y puertas de roble se entra al bar. Desde la ventana vemos al padre con su hijo. Muchos años hacía que no hablaban tan profundamente. Un hombre cuarentón que no creía que su hijo de tan solo veinte pensara tanto, todavía veía en sus ojos el adolescente despreocupado, entretenido en sus bares de alcohol y drogas. Entre los narcóticos de la tarde estudiaban su presente, dando cabida a un pasado poco analizado, casi enterrado.-¡Qué país loco!... Después de diez años de un presidente que mantuvo al país con competitividad internacional, todo se fue a la mierda por la inoperancia de un pelotudo con cara de aburrido.-Bueno Nacho… para decir eso tenés que tener en cuenta otro conjunto de cosas.-Pero papá… con Menem taba todo piola. Viajamos a Disney, nos compramos tecnología a dos mangos y todos eran felices.-Puede ser cierto lo que decís. Pero no deja de ser la mitad de la manzana. Te falta todo un trasfondo del que no sos conciente. Toda esa economía que elogias no era más que una ilusión. Y esa ilusión tenían una sola fuente: el endeudamiento externo. El FMI y los Estados Unidos eran nuestros patrones, hacíamos lo que ellos querían.-En realidad nunca le fuimos rebeldes. Siempre fuimos hijos de esos forros. Siempre nos dominaron.-Puede ser. Y ese dominio mirá a lo que nos llevó. El país no se cayó de la noche a la mañana. Fue un laburo de años, de políticas nefastas lo que hoy me imposibilita comprarte esa play dos que tanto exigís.Como las ramas de un árbol la conversación se desvió. Solo nombrando a la consola de juegos se abrieron nuevos caminos para la plática. A su vez se desplegó un abanico de anécdotas.-… ¿te acordás del family?... Si lo habrás usado…-... ¿y lo que tuve que pelear por el sega?…-… y al pedo, porque al medio año tuve que bajar el billete para la play…Las palomas, ajenas a todo, intentan robar las migas que caen al suelo. El viento del norte remueve los papeles y las bolsas de plástico generando torbellinos de mugre. En la esquina dos niños corren tras una pelota. En la plaza, bicicletas y cestas de picnic. Es domingo y nadie parece trabajar. Solo unos pocos infelices. Entre ellos el mozo de bar.-¡Una play dos! Ah pero tu hijo es gauchito. ¿Sabes cuanto te puede valer? Y día a día te sube más. Ya no se puede prever hasta dónde puede llegar ese billete verde.-¿Ves hijo que no soy el único loco? Tenés que ser conciente de las cosas. Ya tenés veinte años.-Sé feliz con lo que tenés, por lo menos no tenés que salir a laburar como yo – los abandona el mozo.-Yo soy conciente y agradecido. Pero bueno… es como la adicción de todo hijo: pedir, pedir, pedir.-Se creen que los padres tenemos bolsillo de payaso.El chiste malo y las nubes que interrumpen en el cielo celeste que no se veía desde junio. El domingo es el día en que las tormentas se toman licencia; la familia puede disfrutar de la unión, la carne del asado y el helado de la tarde. Nacho y su papá prefirieron la torta y el café del bar de la esquina. Allí se juntan los argentinos que, siempre arrogantes, se creen autores de las teoría políticas y económicas más infalibles. Cigarrillos negros y rubios dejan caer pilas de ceniza. Las voces en una eterna lucha por resaltar entre la multitud. Las manos se alzan para pedir la cuenta, otro café o un cenicero. -Es así Nacho, y siempre lo será. Parece que nuestro país está destinado al mismo ciclo de progreso y crisis. Todos hacen la misma idiotez. Lo que no entiendo es por qué tenemos la ingenua esperanza de que algún día cambiará si siempre elegimos las mismas idiosincrasias. -Quizás la idiosincrasia argentina no sea lo suficientemente madura –una sonrisa de orgullo propio se dibuja en la cara de Nacho, quien creyó haber dicho la frase más inteligente de toda la tarde.-Puede ser. Es que 200 años no es tanto para un país. Pensá que Europa viene buscando el camino desde hace siglos y es el día de hoy que no lo halla. Aún le surgen problemas de imposible solución.-¿Qué es lo que más temés papá?-Que vuelvan los militares. Pero no hablemos de ese tema. Pidamos la cuenta.Un hermano desaparecido censura. Los recuerdos estremecen. Se acaba la tarde y así se acalla la charla. De la ventana desaparecen dos personas. Queda la mesa con sus sillas. Los pájaros siguen disfrutando. Los niños no se preocupan ni por los gritos de sus madres que los llaman para irse. El jacarandá sigue cayendo. Y así se quemará la primavera, entre rayos de sol y futuros frustrados.
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