
Mate, profesores, charlas, examenes, estupideces, amigos, compañeros, gente graciosa, forreadas, envidias, estudio, camino... No es otra esta que la descripción de la facultad de periodismo de la ciudad de La Plata. Adjetivos y sustantivos que se me ocurren al pensarla.
Es en ese lugar en donde después de algunas horas de cursada, no tantas como piensan, salen las frases más boludas que las personas pueden decir: "vayan a fumar al café".... "soy orgásmica al chocolate"... "mudo en recuperación"... qué mas se le puede pedir a un cerebro que se levanta a las 7 de la mañana para escuchar a un hombre hablarles de historia, psicología o teorías de comunicación.
Ese lugar donde las relaciones sociales se magnifican ya sea por necesidad (parece que la gente sin amigos existe y multitudinariamente) por conveniencia (asi somos los seres humanos) o por un cariño sincero, la más extraña. Y en esas relaciones sale lo mejor de uno, se es solidario, simpático (todo sea por un mate), abierto; pero en muchas otras oportunidades se muestra la hilacha y aflora aquello que nos caracteriza a los argentinos "la crítica", por envidia o con justas razones; motivada por la gracia o por el odio casi racial.
En ese lugar con mate y galletitas nadie se resiste a las charlas. Menos dos personas que yo conozco, Pily y Sofy, hacerlas callar a veces me parece mision imposible unos, dos y tres. Y menos aún despuès de las cuatro de la tarde cuando les agarra una especia de ataque infantil mezclado con un toque de gracia despreocupada.
Y son las materias cursadas las que personalizan el camino, elije tu propia aventura y comete errores: animartele a cultura en segundo año, historia con colly, kindergarden.... Y son los profesores los que arruinan la vida, los ayudantes quienes lo suavizan un poco (aunque "no tenes autoridad") y las notas las que deprimen o incitan al festejo.
Eso sí... ya en segundo año, sin siquiera el tema de la tesis, ya hay que planear la fiesta de recibida.
HASTA ESE MOMENTO!
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