El problema de ahogarse en un vaso de agua deviene de la idea de no salir de ese vaso. Se sale y se vuelve a entrar, pero se vuelve a entrar con la sensación de que ese vaso se parece más a un bidón, difícil de llenar, difícil de que ahora no hagamos pie. De los problemas que antes nos agobiaban nos abrimos a las soluciones de pensamientos abiertos.
No cuestión metodológica praxista, son neuronas renovadas y culturas refrescadas que pueden pensar, imaginar más allá.
Luego de esa experiencia que traspasó los límites argentinos, el joven podrá abrir su mente. Con un estilo más europeizado puede ser, pero... ¿No todos tenemos un estilo un estilo a nuestra madre, quien nos puso el primer límite? Se trata de una experiencia que no se queda en la unicidad, sino que buscará multiplicarse.
POR ALGO SE EMPIEZA Y NO POR ALGO SE TERMINA.