Hoy GyC cumple 15 años y nuestro promedio de edad no supera los 13. Con lo que podemos decir que hemos sentido crecer a la empresa desde nuestras cunas. ¿Por qué decimos sentido? Porque muchas veces sin formar parte del negocio, sin estar atentos a lo que pasaba en la oficina, supimos sentir si las cosas iban bien o mal. Sabemos lo que es el mal humor de nuestros padres durante una crisis económica, la felicidad de ganar una licitación o la bronca con la que vuelven a casa después de una discusión. Sentíamos que algo se estaba gestando, y mientras el tiempo pasaba nos dimos cuenta que eso ya se estaba consolidando.
Con el pasar de los años nos vimos cada vez más cercanos a esta GyC que crecía a nuestro lado. Algunos encontramos un lugar para trabajar, otros para jugar, otros para hacer deberes, otros para pedir ayuda. En fin, encontramos en GyC una extensión de nuestras propias familias. Tanto es así que la oficina de Libres del Sur, y para los más chicos la de Maipú, se convirtió en una pieza más de nuestra casa. Con cada incorporación sentimos que la familia se agranda, y con cada año que pasa sentimos que el trabajo da sus frutos.
GyC se convirtió en una empresa a la que le agradecemos haber hecho que nuestros padres dejen la vida nómade y pasen más tiempo con nosotros. Quizás muchos de ustedes se acuerden de nosotros cuando éramos niños y acompañábamos a nuestros papás a las reuniones. Le agradecemos y a veces no tanto, porque hubo sacrificio. Aunque cuando el sacrificio incluye placer las cosas se ven de otra forma.
Este proyecto hoy cumple 15 años. Y desde nuestro lugar queremos celebrar, y más que celebrar homenajear lo que, en definitiva, fue lo que hizo crecer a la empresa: EL TRABAJO. Porque el sudor de la frente fue lo que hizo y hace crecer a GyC. El trabajo de todos, el trabajo en conjunto, el trabajo en equipo, la amistad, el lazo sentimental, el cariño. Nada de eso pudo faltar, GyC es lo que es por lo que ustedes hicieron, y es por eso que estamos aca parados frente a ustedes, simplemente para felicitarlos.
Como hijos de los padres fundadores de este sueño no podemos sentir más que orgullo. Orgullo por ellos, por esas personas a las que las ganas de superarse los guió en sus vidas. Que nos enseñaron que es solo con esfuerzo y dedicación que se logran las cosas. Que nada es gratis, que nada cae del cielo. Personas que nos mostraron un camino posible, un camino que ojalá algún día podamos extender. A nuestros papás... quienes hoy pueden decir “lo hicimos”, pero que a pesar de ello siguen peleando para que estos 15 años solo sean un paso más en este camino que en 1993 recién comenzaba.
GyC motivo de homenaje y gratificación. Mezcla de crecimiento y sacrificio. Y para nosotros, el inexplicable sentimiento de sentirnos plenamente orgullosos.